Aprender alemán: cómo convertirlo en un hábito

Aprender alemán es como llevar un estilo de vida saludable: al principio cuesta, los avances no se ven de la noche a la mañana y cuando la cosa se pone difícil te ves tentado a desistir. Sin embargo, cuando persistes llegas a un punto donde lo disfrutas, porque eso que tanto te costó lograr, ahora es parte de tu vida.

Tanto aprender alemán como llevar un estilo de vida saludable exigen disciplina, constancia y sobretodo paciencia. Sí, porque adquirir nuevas destrezas y cambiar hábitos requiere de tiempo y es un proceso constante, si queremos que los resultados sean sostenibles.

Llevar toda esta teoría a la práctica es lo complicado, especialmente cuando la motivación decae o se esfuma en el camino. Así que, decidí hacer este post donde les comparto mi experiencia y cómo he logrado hacer del alemán (el idioma), una parte de mi vida. No puedo decir que sé alemán, porque considero que uno nunca termina de aprender un idioma. Pero me siento satisfecha con mi proceso, que con todas sus imperfecciones, me ha llevado a querer aprender más…

Con la meta en mente

Mi primer curso de alemán lo tomé en Colombia, cuando aún no tenía planes de vivir en Alemania. Lo hice sin una meta clara, realmente para aprovechar el tiempo después del trabajo y acercarme a la cultura alemana.

Cuando nos mudamos con mi esposo a Alemania, aprender alemán pasó a encabezar mi lista de prioridades. Parece bastante claro – o al menos para mí- que sin hablar el idioma local se reducen sustancialmente las posibilidades de trabajar, de estudiar y de construir un proyecto de vida que nos lleve a sentirnos integrados y socialmente incluidos.

Lo que he aprendido en este tiempo, es que independiente de la motivación que tenga para aprender alemán, es necesario plantearse una meta clara y pequeños objetivos que nos permitan ver los avances en el camino.

Si la meta es aprender alemán en el término de dos años, es importante definir hasta qué nivel queremos avanzar y que competencias deseamos desarrollar, para que nuestros esfuerzos vayan encaminados en esa dirección. Es como meterse en un régimen para bajar o subir de peso; es necesario definir cuántos kilos queremos ganar o perder, en cuanto tiempo y cómo lo queremos hacer, para ver resultados donde los esperamos.

Ayuda bastante escribir esas metas y objetivos, y definir actividades para llevarlos a cabo. En mi caso, este ejercicio me ha servido para visualizar el largo camino de mi aprendizaje, modificar estrategias y para ser más consciente de lo que voy logrando; cosa que tiendo a olvidar con facilidad cuando me enfoco en lo que me falta por aprender.

Las pruebas que nos hacen en los cursos de alemán y los test oficiales nos ayudan a medir cómo avanzamos en distintas competencias. Pero más allá de llegar a un nivel B1, B2, C1, cualquiera que sea el nivel, es importante no olvidar esos pasos que vamos dando en el diario vivir. Ser capaces de hacer una aplicación laboral, de abrir una cuenta bancaria, de contratar un seguro sin ayuda de un traductor, son pequeños logros que nos muestran que sí estamos avanzando.

Primero gatear después caminar:

Cuando llegué a Alemania empecé un curso intensivo de alemán en la universidad de Mannheim. Como ya traía unas bases desde Colombia inicié en el nivel A2, aunque para ser sinceros esperaba entrar directamente en el nivel B1. Luego agradecí ese «retroceso», porque al terminar mi nivel B1-2 en la universidad sentí que mi alemán era más fuerte en gramática. Aunque no tuve problemas en escritura y lectura, salí con la frustración de ser una comunicadora que no podía comunicarse de una manera medianamente fluida.

De la universidad salté a la Volkhochschule de Mannheim (Abendakademmie), donde hice el curso de Orientación. Ese curso y la prueba del nivel B1 son de obligatorio cumplimiento para inmigrantes como yo- colombiana radicada en Alemania por reunificación familiar.

El curso y la preparación para el examen resultaron ser una oportunidad grandiosa para interactuar con otras personas, aprender sobre la sociedad alemana y asimilar la gramática que tenía en la cabeza y que no sabía cómo transformar en palabras.

La cuestión es de tiempo. Creo que muchos llegamos a un punto donde ya no queremos aprender más gramática y deseamos simplemente hablar y entender todo lo que nos dicen. Pero para llegar a un nivel cercano a esas expectativas, primero hay que tener unas bases gramaticales bien cimentadas que nos permitan ir avanzando en todas las competencias; seguramente en unas más rápido que en otras. Pero como me dijo un día un profesor: sin gramática no hay idioma.

Enfocarse en los puntos débiles:

Tengo una fascinación por la lectura y la escritura. Quizás por eso, he podido avanzar más rápido en el aprendizaje del alemán en estas dos areas. Sin embargo, tras terminar mi nivel B1, decidí no tomar inmediatamente el nivel B2 para dedicarme a entrenar mi talón de Aquiles: hören und sprechen.

Acepté los primeros trabajos que logré conseguir: un Minijob en un almacén de ropa y después un trabajo de medio tiempo (Teilzeitarbeit) en un Bäckerei (experiencias que relato en Teilzeitarbeit: trabajar para vivir). Muchas veces me sentí frustrada y con ganas de salir corriendo cuando alguien se molestaba porque yo no le entendía, o cuando no podía expresarme  como lo haría en mi lengua materna.

Sin embargo, estas experiencias me ayudaron a mejorar sustancialmente mi capacidad para entender el alemán hablado, con sus acentos y sus dialectos. Aprendí nuevas palabras, esas que no te enseñan en las clases y sobretodo cómo es una parte de la cultura alemana, con sus claros y sus oscuros. Después de todo entendí que no dominar un idioma no me hace inferior, incapaz o inútil. Asumir el reto nos hace valientes y eso vale la pena recordarlo.

Con esa experiencia en el bolsillo, regresé a las aulas para hacer mi nivel B2. Ese ha sido el mejor curso que he tomado, porque siento que lo disfruté y que estaba en el nivel (en todas mis competencias) para sacarle el mejor provecho a las clases. En unas semanas sigo con mi nivel C1, antes de presentar la prueba oficial de alemán.

Mi proceso ha sido lento y pausado. Hay quienes logran hacer todos los niveles desde el A1 hasta el C1-2 sin descanso y tomando lo mejor de cada curso. Los admiro. Pero en esto, mi recomendación es no compararse, porque cada persona tiene sus propias metas y no todos aprendemos de la misma forma. No obstante, sí considero importante dedicarle tiempo a eso que nos cuesta, porque es allí donde realmente están los avances significativos.

Hacerlo divertido:

Aprender alemán sin ser consciente que lo estoy haciendo: esa ha sido una de mis estrategias. Y en este proceso, el blog ha sido fundamental, porque para escribir los post indago información, que muchas veces solo encuentro en alemán. Siempre que tengo dudas consulto y hago entrevistas con personas que saben de los temas que trato. Sin buscarlo, el blog me ha servido para nutrir mi vocabulario, perderle el miedo social al idioma y de paso ir descubriendo cómo funciona la compleja sociedad alemana.

No todo es trabajo. También soy fanática de los videos de cocina y estilo de vida saludable – aunque en la vida real soy amante del pan alemán y de las tortas. Dentro de mi lista de youtubers, tengo algunos alemanes, que me encantan porque me dan recetas y tips que son bastante útiles para cocinar de forma creativa y saludable en Alemania; cosa difícil durante el invierno.

Una recomendación que les doy es que traten de incluir el alemán en sus hobbies y cada actividad diaria. Al principio cuesta, pero con el tiempo se convierte en un hábito y hasta en una necesidad…como ver el Taggeschau o chequear las noticias en Zeit, mis hábitos diarios.

¿Cómo ha sido tu experiencia con el aprendizaje del alemán? ¿Te gustó o encontraste interesante este artículo? Déjamelo saber en los comentarios.

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10 comentarios sobre “Aprender alemán: cómo convertirlo en un hábito

  1. Otra forma que les recomiendo es leer,leer y leer.
    Temas de interés. Como la nueva revista para bilingüe que aquí presento.-
    Mi Guia Hispania ( @miguiahispania) donde podrán leer al mismo tiempo su idioma natal (ES) frente al alemán. Los temas los pueden ver en formato electrónico; ahora solo esta cargada una muestra pero a partir del mes de marzo la podrán ver completa en: www,miguiahispania.com
    Val

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  2. Hola Karina!
    Para mi el aprendizaje del idioma fue un poco duro al principio. Llevo 7 meses aprendiendo alemán aquí en Hamburgo y cuando llegué no sabía decir ni cuántos años tenía. Me sentí muy frustrada cuando no podía entender ni los letreros en la calle, mucho menos lo que la gente decía a mi alrededor, por no mencionar cómo me sentía cuando quería decir algo y no podía… Ahora estoy terminando mi nivel B2, pero como tu, siento que necesito ahora una pausa para poder absorber toda esa teoría que he aprendido y usarla en el día a día. Hasta ahora, después de 7 meses se me está quitando el miedo a vivir en alemán. Para mi siempre fue más fácil hablar en inglés y no sonar como una niña pequeña pero este año empecé a usar el idioma en pequeñas conversaciones diarias con mi novio. Es un poco raro porque él es danés y el idioma de la relación es inglés y aveces español… Pero la práctica diaria en casa me ha ayudado. También tengo sesiones de Tandem 1 vez por semana y eso me ha ayudado a sentir más confiada cuando hablo. Aún cometo muchos errores pero es muy gratificante ver cuánto he aprendido en tan poco tiempo.
    Me parecen súper los tips que das para hacerlo divertido! Yo veo un canal en youtube que se llama «easygerman» y me parece entretenido. Son entrevistas a personas en la calle sobre diferentes temas. Creo que ayuda en el aprendizaje de alemán de la calle…
    Saludos desde Hamburg.
    Diana.

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    1. Hola Diana…pues en 7 meses lograste mucho. Cada quien tiene su proceso y vale la pena tomarse pausas cuando uno lo necesita. Por cierto, en mi casa teníamos el mismo problema con mi esposo, porque nuestro idioma natural era el inglés. Pero poco a poco, logramos cambiar de chip. Ahora hablamos el 90% del tiempo en alemán. Cuesta, de ambos lados, pero es necesario para que realmente el idioma se establezca como un hábito. Me encanta leer tus comentarios y recibir esta retroalimentación. Saludos desde Mannheim

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  3. Mi experiencia, hace un año vivo aquí, mi esposo es alemán, pero no hablamos casi alemán, inglés. Ahora estoy en la VHS haciendo B2, y si es pura gramática y lo veo difícil, pero allí voy, no quiero enfrascarme. Soy Colombo-española,y lo hablo no me corto, no perfecto pero el que no se arriesga no gana. Interesante tu Bloq.
    Un saludo.

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    1. Hola Liliana…cuando termines el B2 te vas a dar cuenta de la diferencia. La cosa va fluyendo. Y claro uno comete mil errores, pero así se aprende. Te recomiendo empezar a hablar solo en alemán con tu esposo. En casa hablábamos una mezcla de inglés, alemán y español. Pero llegó un punto donde decidí que teníamos que hablar solo en alemán porque vivimos aquí. Nos costó, pero ahora hablamos el 90% del tiempo en alemán…cuesta pero se logra y eso se ve reflejado en tu proceso…saludos desde Mannheim

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  4. Hola Karinita, estoy muy orgullosa de conocer tus avances en el idioma alemán y la manera como te has integrado a esta particular cultura alemana, lo pude percibir ahora que estuviste en vacaciones en Colombia, en tu manera de actuar sentí que te estás volviendo alemana pero no quiero que con el pasar de los años pierdas la esencia de tus raíces colombianas. Colombia es un país con muchas dificultades y aún así se vive muy bueno. Te felicito por el blog, se que le has puesto el corazón a este proyecto y seguramente vas a llegar muy lejos porque se que siempre logras conseguir lo que te propones. un abrazo grande.

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