“Alemania fue como una bocanada de aire fresco”

Esta semana le cedo la palabra a mi colega Alba C, la blogger que está al timón de “Düsseldorf lleva Umlaut”. Con el estilo que la caracteriza, ella nos contará la historia que hay detrás de su proyecto editorial y cómo Alemania se ha convertido en el lugar para realizar sus sueños.

“La casualidad me trajo a Alemania”

En 2015 vivía en Barcelona, donde intentaba encontrar un trabajo que me llenara por dentro. Hacía muy poco que había terminado la universidad y por primera vez en mi vida, tenía una agenda vacía a llenar con un trabajo que podía ser lo que yo quisiera. Bueno, España se interpuso en mi camino. Durante aquel año estuve buscando ofertas laborales, primero de “lo mío” y al cabo de unos meses de “cualquier cosa”. Encontré algo, pero mi día a día se convirtió en un patchwork de horarios tan complejos que me volví literalmente loca.

En aquel momento había empezado a estudiar alemán. No porque se me pasara por la cabeza irme a vivir a un país donde no se sabe qué es más frío, si el tiempo o la gente, sino porque necesitaba la motivación de aprender un nuevo idioma. La idea de mudarme se gestó más tarde, cuando a mi novio le propusieron en el trabajo trasladarse a Düsseldorf. Al principio se me cruzaron todos los cables. “¿Cómo nos vamos a ir a Alemania? ¡Si justamente me estoy creando mi vida aquí!”. Pero una vez se mete una idea en tu cabeza, es muy difícil deshacerte de ella. Y eso fue lo que pasó. Al cabo de unos días -pocos, todo hay que decirlo- solo podía pensar en razones que me impulsaban a mudarme a Alemania: “estoy aprendiendo el idioma”, “ya no tengo nada formal que me ate aquí” y la más importante de todas “si no lo hago ahora no lo haré jamás”. Así que ya veis, lo hice.

Expectativas vs. Realidad

En Barcelona antes de emigrar había estado trabajando como profesora de inglés, por eso pensé que lo que tenía más sentido era buscar un empleo como profesora de español en Alemania. Se me daba bien, me gustaba más o menos y es un trabajo que puede llegar a ser bastante creativo. También rondaba por mi cabeza la idea de hacer un máster en la universidad, aunque todavía no sabía en qué. Como solamente llevaba un año estudiando alemán y no tenía nivel ni para conversación, decidí que lo más importante en aquel momento era buscar unas clases y pensar en mi vida laboral más tarde. Y así fue, pasé los primeros cinco meses en una burbuja, dedicándome en cuerpo y alma a aprender este idioma que parecía imposible al principio.

Después de estos meses de iniciación llegó el momento de enfrentarme a la realidad. Aquél fue uno de los períodos más duros de mi vida en el extranjero. Con un nivel básico de alemán ya no podía refugiarme en excusas del tipo “no puedo hablar con la gente, no puedo buscar un trabajo”, con lo que el bolsillo me obligó a meter todas mis inseguridades en una caja y enfrentarme a un mundo laboral desconocido, prácticamente a ciegas. El tiempo, los procesos de selección y las mil entrevistas en alemán que tuve que hacer, me dieron la confianza necesaria para poder hablar en alemán con todo el mundo.

Decidí no buscar más trabajos como profesora de español para no tener un horario con mil clases repartidas durante el día. En su lugar opté por buscar un trabajo a media jornada, que me permitiera continuar estudiando alemán o lo que me apeteciera en aquel momento. Finalmente encontré un trabajo de este tipo y una vez asentada y con un sueldo a fin de mes, tuve la idea de crear un blog para contarle mi experiencia a gente que, como yo, quiere vivir en Alemania.

Vivir de lo que me apasiona

Escribir ha sido mi pasión desde pequeñita. No solamente disfrutaba cuando los profesores nos mandaban redacciones, sino que siempre he creado infinitud de mundos imaginarios desde mi habitación. He tenido muchos blogs durante toda mi vida, pero ninguno ha llegado a significar tanto como “Düsseldorf lleva Umlaut”. Ya os he explicado cómo empecé este proyecto vital, ahora os quiero explicar hasta qué punto es importante para mí.

La idea de trabajar como profesora se fue diluyendo conforme mi blog iba cobrando vida. Del mismo modo, la intención que tenía de volver a la universidad fue perdiendo sentido cuando me di cuenta que  lo que disfrutaba era sentarme a escribir día a día. Cada artículo me daba la libertad de investigar sobre el tema que más me apeteciera, y mi estilo de escritura mejoraba muchísimo con cada artículo. Nunca había escrito tanto como hasta ese momento y esto me hacía especialmente feliz.

Con los conocimientos en marketing y plataformas de contenido online que estaba adquiriendo, pensé en aplicar para trabajar en una empresa. Pero después de hacer alguna entrevista llegué a la conclusión de que no era eso; no me apetecía tener un trabajo “convencional”. Me encontré tan feliz dedicándole toda mi energía al blog, que quería que continuara siendo de este modo. Es así como hace apenas una semana, decidí convertirme en freelance para poder dedicarme plenamente a mi blog y buscar proyectos de redacción de contenidos que me permitan vivir de lo que me apasiona.

Alemania, una bocanada de aire fresco

A veces pienso que he dado muchas vueltas para acabar haciendo algo que podría haber hecho también en Barcelona. Pero después recapacito y siento que no es así. Porque el hecho de mudarme a Alemania supuso una bocanada de aire fresco que no podría haber recibido en mi ciudad natal. Alemania me dio la perspectiva necesaria para observar desde cierta distancia cuál era mi situación vital y qué quería hacer con ello. Y de ahí el blog, de ahí la pasión por escribir satisfecha. De ahí la persona que soy ahora mismo.

Fotos: cortesía Düsseldorf lleva Umlaut

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