Vivir en Alemania: «Vive y deja vivir»

Los alemanes son unos vecinos encantadores y no se sienten hasta que están molestos. Así que una de las cosas que tuve que aprender al llegar aquí, es que el domingo no se limpia la casa con aspiradora, no se corta el césped y no se hacen arreglos que implique martillar en la pared.

Si hay un dicho que define a los alemanes a la perfección es “vive y deja vivir”. Así como no acostumbran a involucrarse en la vida del vecino, tampoco les gusta que les perturben su tranquilidad.

Aunque cada región tiene sus normas para el ruido, en general para los alemanes el domingo es sagrado. De hecho, es un día en que ni siquiera los supermercados abren porque por ley, porque sus trabajadores también deben descansar.

De lunes a sábado se puede hacer ruido, generalmente, entre las 7:00 a.m. y las 12:00, y entre las 3 y las 6 de la tarde, para no perturbar la hora del almuerzo. Eso sí, después de las 10:00 p.m. debe reinar la tranquilidad.

Y qué pasa cuando alguien tiene una fiesta. Pues lo mínimo que hacen los alemanes es escribir una carta formal para sus vecinos donde les avisan que realizarán una fiesta, y de manera anticipada se disculpan por el ruido que puedan ocasionar. Otros más formales hablan directamente con sus vecinos, para evitar cualquier molestia.

Esto no quiere decir que cada fin de semana se puede hacer una fiesta anunciándola en la cartelera del edificio. Generalmente, la celebración es permitida una o dos veces al año por motivos especiales, claro, eso depende también de qué tan flexibles son los residentes. Sin embargo, saltarse las reglas puede implicar no solo tener a un vecino enojado en la puerta de la casa, sino a un policía que le recordará que debe seguir las normas alemanas.

Cultura alemana: protestas con horarios

En Alemania, como en la gran mayoría de países “civilizados”, la protesta es un derecho que tienen todos los ciudadanos. La diferencia aquí es que antes de salir a la calle con pancartas y pitos, los organizadores de la protesta deben tener un aval de la Policía, organismo que revisa de forma anticipada si la protesta se puede realizar en el lugar, el día y la hora en que se solicita, para que no interfiera con el normal funcionamiento de la ciudad.

La ley es conocida como “Demonstrationsrecht”, y en la misma se explica que los manifestantes no pueden usar uniformes ni disfraces que los camuflen, para poderlos identificar en caso de que sucedan actos delictivos.

A diferencia de otros países donde manifestantes salen y se toman las calles de forma intempestiva afectando a los demás ciudadanos, en Alemania quien lo hace sin permiso se arriesga a terminar arrestado. Un bonito ejemplo sobre los derechos pero también del deber que tiene el ciudadano de respetar el espacio del otro.

 

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