Debo confesar que el tiempo que viví en Bogotá lo disfruté, salvo cuando tenía que desplazarme en algún medio de transporte público (llámese bus, SITP, Transmilenio o taxi). No solo por los trancones, que son cosa de todos los días, sino porque como pasajera pocas veces me sentí recibiendo un trato digno.
Si se trata de tomar como ejemplo procesos exitosos, vale la pena considerar el sistema de transporte público en Alemania. Los teutones no solo cuentan con una variedad de medios que están conectados y sincronizados, sino que han logrado prescindir de registradoras, policías y barandas “anticolados”, porque desde hace años los ciudadanos entendieron que deben pagar su pasaje aunque nadie se los pida.
¿Cómo funciona?
El sistema de transporte público en Alemania de largo y corto recorrido está compuesto por los trenes alemanes (der Zug o die Bahn), el metro (die U-Bahn), el tranvía (die Straβenbahn) y los autobuses alemanes (der Bus).
Aunque cada ciudad cuenta con su propio sistema de transporte, en general todos cuentan con medios interconectados que se complementan, es decir, uno llega hasta donde está el otro. Además son puntuales, porque están muy bien sincronizados, lo que permite hacer transbordos generalmente de forma exacta.
En Mannheim por ejemplo, el tren metropolitano y el tranvía se encargan de los largos recorridos, mientras que los autobuses hacen trayectos más cortos para llevar a las personas hasta donde los otros medios no llegan, eso sí, no se detienen en cada esquina, solo en paraderos autorizados.
En esta región el operador de transporte es VRN. En su página web, las personas pueden planear sus recorridos y obtener información sobre: los medios que pueden usar, las conexiones que deben hacer, cuánto tiempo necesitan para llegar al destino final y el costo del tiquete.
Ciudades como Berlín y Múnich tienen un sistema de transporte público similar, que además cuenta con líneas de metro, lo que amplia sustancialmente las opciones de los usuarios para trasladarse de un lugar a otro de forma rápida y cómoda.
Para usar estos medios de transporte, los usuarios necesitan un tiquete que se puede obtener en máquinas instaladas en las estaciones, o directamente dentro de los autobuses. Así mismo, algunos operadores ofrecen planes mensuales o anuales para clientes frecuentes, y tiquetes por día, semana o grupales para turistas.
Es importante resaltar, que el tiquete se debe validar en una especie de caja que está dentro del metro, del tranvía o del autobus. Esta máquina le estampa en el tiquete la hora de ingreso al sistema, desde la cual empieza a correr el tiempo que tiene el usuario para usar el transporte (generalmente es de 90 minutos e incluye los transbordos)
En las estaciones no hay barandas o cajas registradoras para controlar la entrada de los pasajeros sin tiquete. Sin embargo, de forma esporádica, personal autorizado se sube a los vehículos para revisar que todos los pasajeros tengan el tiquete cancelado con la hora de ingreso al sistema.
Si el pasajero no porta el tiquete o lo lleva, pero sin la estampa de la hora de ingreso, no valdrán excusas que lo eximan de pagar una multa de 60 euros. A los viajeros sin tiquete o colados se les conoce como Schwarzfahrer, y son vistos con muy malos ojos por los alemanes, que están acostumbrados por lo general a seguir sus normas al pie de la letra.
Cultura alemana por la bicicleta
Las autopistas alemanas son reconocidas porque en algunos de sus tramos existe el “no límite de velocidad”. No obstante, dentro de las ciudades en los núcleos urbanos y residenciales la velocidad máxima permitida va de 50 a 30 km/h, porque allí deben convivir con bicicletas y peatones.
Es común ver de lado y lado de las vías, carriles exclusivos para bicicletas demarcados de rojo. La bicicleta es un medio de transporte muy popular, especialmente en las ciudades universitarias. Hay carriles completos debidamente señalizados, para que los ciclistas sepan por dónde pueden o no pasar. Incluso hay senderos entre ciudades para andar en bicicleta por Alemania, lo que permite hacer turismo en dos ruedas de forma segura sin interferir con el tráfico de los autos.
Muy chevere el texto, permite conocer un poco mas allá de lo que tenemos en Colombia.
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