La cultura alemana y la cultura colombiana se distancian en muchos aspectos. Pero en las diferencias culturales está el sabor del asunto: así como los alemanes tienen cualidades que a nosotros nos faltan, ellos también carecen de eso, que a los colombianos nos sobra.
Soy una convencida de que no hay culturas mejores o peores, solo diferentes. Así que desde esa premisa les comparto un listado con algunas características de ambas culturas, que nos vendría bien intercambiar para complementarnos.
Aclaro, les escribo este post desde mi experiencia personal. Quizás, otros colombianos en Alemania, tienen una opinión diferente que los invito a compartir. Por ahora, les comparto mi listado de diferencias culturales.
De la cultura alemana podemos aprender:
Puntualidad: hasta ahora no conozco el primer alemán impuntual. Existirán, pero lo cierto es que en Alemania es muy importante llegar a la hora acordada. No solo para cumplir compromisos laborales o de estudio, sino también citas personales, porque la puntualidad es símbolo de respecto por el tiempo del otro. Lo recomendable es llegar cinco minutos antes y si se presenta algún inconveniente se debe avisar con antelación, para que los otros puedan disponer de su tiempo.
Organización: seguramente muchos alemanes no son ordenados en sus casas. Pero si vemos cómo funcionan en sociedad, encontraremos que el orden se impone. Desde que uno llega lo percibe, no solo en las calles en donde todo parece que tiene su lugar, sino en los protocolos y reglas que se deben seguir para poder integrarse a la sociedad alemana. Para realizar cualquier trámite con el Estado, conseguir una vivienda, aplicar a una oferta de empleo o a un cupo en la universidad, se debe seguir un proceso, que muchas veces es largo, complicado y tedioso, pero que tiene su razón de ser. Lo que he notado es que la gente sigue los procesos al pie de la letra, quizás porque de otra forma, no se consiguen buenos resultados.
Eficiencia: aunque suena redundante, en Alemania al trabajo se va a trabajar y no se paga por “hora nalga”. Por experiencia propia y también por lo que me han relatado algunos amigos y conocidos, en el tiempo de trabajo no hay mucho espacio para socializar, porque cada hora está destinada para cumplir tareas asignadas. Como el tiempo se emplea para lo que es, se trabajan menos horas. Según un informe publicado por la revista Dinero, Alemania es uno de los países donde se trabajan menos horas (1.371 horas al año). Al otro lado está Colombia, uno de los países donde se laboran más horas (2.320 horas al año), pero donde el trabajo es menos eficiente.
Compromiso: cuando los alemanes se comprometen cumplen. Existirán alemanes incumplidos, con seguridad. Pero lo que he notado es que cuando no pueden o no quieren asumir un compromiso, lo dicen de forma directa. A veces me sorprende su sinceridad, pero la prefiero a las excusas forzadas o a que me dejen con “los crespos hechos”. Otra cosa que resalto, es que cuando se comprometen, buscan hacer las cosas lo mejor que pueden, no les gustan las cosas “a medias”.
Autonomía: desde la escuela primaria, los niños se enfrentan a la elección de una escuela secundaria, que en parte define su futuro profesional. Ya en la adolescencia, muchos jóvenes se independizan de sus padres, por cuestiones de estudio, o simplemente porque necesitan tener su propio espacio. En general, la autonomía hace parte de la sociedad alemana; al menos en materia de salud, educación y transporte, el Estado provee los medios y las personas deciden cómo los emplean. Y otra cosa importante, los alemanes usualmente no necesitan tener un policía al lado, que les recuerde lo que deben hacer.
Lo que tenemos para dar los colombianos:
Sencillez para ver la vida: los colombianos no nos complicamos la existencia y se nos olvidan rápido los problemas. Quizás por eso, la gente vive contenta, con lo poco que tiene y le da valor a los pequeños detalles. Si en diciembre no hay dinero para hacer una bandeja paisa, se hace una frijolada; si no hay dinero para ir de vacaciones al mar, se hace un sancocho en el río; porque lo más importante no es la comida, sino estar en familia. Y no necesitamos planearlo todo, porque de hecho, esa espontaneidad que nos caracteriza, es la que rompe con la monotonía y le da color a la vida.
Generosidad: con seguridad hay colombianos tacaños. Pero son muchos, especialmente los menos adinerados, quienes comparten con gusto lo poco que tienen y no solo con sus seres cercanos. Durante el tiempo que trabajé como periodista en Colombia pude conocer regiones apartadas de mi país. Allí donde la pobreza salta a la vista, nunca me negaron un cafecito, un vaso de jugo y en ocasiones, hasta me ofrecieron el mejor plato de comida, porque el gusto estaba en atender la visita. Los colombianos estamos enseñados a dar, no solo cosas materiales, sino también afecto y cariño. Una cualidad que nos hace valiosos pero también vulnerables.
Creatividad: los colombianos siempre nos ingeniamos la forma de solventar las dificultades. Ante la falta de Estado, buscamos maneras creativas de salir adelante con nuestros propios medios. Realmente hay que ser muy “rebuscador” y creativo para vivir con un salario mínimo en Colombia. Aunque hay personas que utilizan su creatividad para saltarse las reglas, hay muchos otros que le han sacado provecho para desarrollar ideas innovadoras de negocio y de emprendimiento. Quizás por eso, el mercado de las Apps y las nuevas tecnologías tiene tanto potencial en Colombia, porque las necesidades incentivan la generación de nuevas ideas.
Calidez (somos “entradores”): según el diccionario de la Real Academia Española “entrador” significa simpático, agradable, emprendedor, arriesgado, pero también animoso en asuntos del amor. Me atrevería a decir, que además de cálidos, somos entradores. Sin miedo, rompemos el hielo y nos arriesgamos a entrar en contacto con el otro, con una simple sonrisa y un “buenos días como me le va”. Sin darnos cuenta somos cálidos y le abrimos la puerta al otro. Eso que parece tan simple, puede hacer la diferencia a la hora de sentirse integrado y aceptado en una sociedad.
Pasión: sí señores, Colombia es pasión: eso lo dejan claro nuestros deportistas, quienes con presupuestos reducidos y sorteando miles de dificultades logran destacarse. Sencillamente porque la pasión por lo que hacen es más grande que los obstáculos en el camino. Así encontramos ejemplos de artistas, científicos, docentes, médicos, profesionales en diversas áreas, pero también campesinos, que cultivan su tierra y se sienten orgullosos del país donde nacieron. Honestamente, creo que cuando le metemos el corazón a lo que hacemos, somos capaces de lograr cosas grandes y eso, es envidiable por otras culturas.
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En cuanto a lo Sencillez, opino que nosotros tenemos que aprender es de ellos. Por ejemplo, aquí me di cuenta que no es importante tener ropa nueva para las fiestas decembrinas, para los colombianos es más importante comprar «La pinta » de diciembre que no tener para comer. Aquí es más importante tu trabajo que tu forma de vestir, aquí tu puedes regalar unas flores y son bien recibidasituado, en Colombia te mirarán como tacaño. .. Esa es mi opinión.
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Muy respetable tu opinión. Creo que en este tema dar para abrir el debate. Yo entendí la sencillez desde otro punto de vista, quizás el descomplique y espontáneidad con que planeamos las cosas…igual muy válido tu aporte. De eso se trataba este artículo…saludos
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es que los que chicanean son los que no tienen, una persona que realmente tiene no necesita hacerlo
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Reblogueó esto en Kolumbien versteheny comentado:
Ein sehr guter spanischsprachiger Blog über die positiven Seiten zweier so unterschiedlicher Welten, die sich doch so gut ergänzen können (wie viele deutsch-kolumbianische Beziehungen zeigen). Danke vom einen Ende des Teichs al otro lado del charco.
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[…] Por qué los alemanes y los colombianos nos complementamos Nino Fikic2018-11-10T01:05:13+00:00 […]
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me encantaría conocer esas tierras
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