Muchos se imaginan que vivir en otro país es la panacea, especialmente si el destino es Alemania. Pero no. Aunque hay cosas que funcionan mucho mejor al otro lado del charco (como el transporte público en Alemania o el sistema de salud alemán), Colombia siempre será la casa y un buen “vividero” fácil de extrañar.
En esos días en que me inundó la melancolía por mi tierra, hice un sondeo entre varios colombianos en Alemania, para saber qué es lo que más extrañan de Colombia. Y encontré varias cosas en común, como la familia; pero también cosas curiosas de nuestra cultura colombiana que no me imaginé, sería posible extrañar.
Las frutas
Frutas típicas como la granadilla, el lulo, el maracuyá, el tomate de árbol o la guanábana son casi imposibles de encontrar en Alemania. En las estanterías de algunos supermercados hay mangos y piñas. En algunos hay papayas, pero generalmente son muy verdes y salen amargas porque no alcanzan a madurar de forma natural. Ni que decir del precio. Si encuentra una papaya con buena pinta le puede costar en promedio de 6 a 12 euros.
Por cierto, otra de las cosas que se añoran por estos lados, son los jugos de frutas naturales que hacen parte del tradicional almuerzo colombiano. En los restaurantes en Alemania ofertan jugos, generalmente solo de naranja y manzana, pero no son naturales, extraídos de la fruta. Y si ordena una limonada, lo más probable es que le sirvan una “Sprite”.
El clima:
Colombia tiene un “sancocho” de climas envidiable y fácil de extrañar. La playa, la montaña, la selva, el desierto, el nevado, el océano, están allí, realmente a pocos kilómetros de distancia.
Y como me dijo uno de los entrevistados: lo que más se extraña es el sol, especialmente porque durante el invierno en Alemania, pasan días en los que literalmente no se ve un rayo de sol. En estos momentos, se añora Colombia, que con todo y los fenómenos naturales que aparecen por cuenta de la mano del hombre, sigue siendo un paraíso tropical.
La calidez del colombiano
Sí, los colombianos somos amigables. Y uno se percata de esa virtud cuando está fuera, especialmente en Alemania, donde las diferencias culturales son grandes. Mientras que para los colombianos todos son amigos y de una manera casi automática entramos en confianza, los alemanes toman su distancia y necesitan tiempo para abrir la puerta y catalogar a alguien como amigo.
Esa calidez se extraña también a la hora de comprar en el supermercado, en la tienda o cuando se requiere un servicio. Claro está que Alemania es reconocida por el pésimo servicio al cliente. Y quien viene de Colombia lo nota. Aunque los productos son usualmente de buena calidad, quienes están a cargo del cliente generalmente no son muy cordiales y tampoco se esmeran para que uno quede satisfecho.
La comida casera
Creo que muchos crecimos y heredamos el gusto por esa combinación mágica de arroz, carne (en todas sus presentaciones), y carbohidratos. Ni que decir de la bandeja paisa, del arroz con pollo o el tradicional sanchocho, que en Colombia hacen parte de la gastronomía diaria, pero que afuera pasan a ser una remembranza del país.
La comida alemana es otro cuento. El almuerzo generalmente está compuesto por una carne (usualmente de cerdo), muchas papas y un vegetal. La oferta de los restaurantes a veces incluye comida típica italiana como pasta y pizza. Lejos de lo que acostumbra un colombiano promedio.
Los más curiosos:
Ir a cine:
Esto extraña un colombiano que conocí hace unas semanas y que lleva un par de años en Alemania. Cabe aclarar que aquí hay cines, el problema es que la entrada puede costar entre 12 y 15 euros. Y si tiene la plata y las ganas, puede pasar que la película que desea ver está doblada en alemán. En algunos cines puede encontrar películas en su idioma original, generalmente en inglés. Pero la oferta es más reducida.
Ventas callejeras
Esto extraña una amiga colombiana que lleva cuatro años en Alemania. La facilidad de poder comprar desde una empanada hasta un minuto de celular en la calle. En Alemania las ventas callejeras no existen y para comprar comestibles, hasta un dulce, hay que ir a un supermercado o una tienda autorizada. Hay quioscos donde venden revistas, billetes de lotería, dulces y cigarrillos, pero no son muchos. Y las llamadas, sencillamente hay que hacerlas desde cabinas telefónicas. Todo un reto encontrarlas.
Coqueteo con mujeres
Eso extrañan dos chicos colombianos con los que hablé. Las tácticas de conquista de un colombiano, pueden ser vistas por las damas alemanas como una mala costumbre. Ellas por lo general no se esperan detalles en las primeras citas amorosas, ni que les paguen la comida, y mucho menos que las recojan y las lleven de vuelta a su casa. Tampoco la extrema confianza a la hora de empezar el coqueteo. Todo un reto para los colombianos enseñados a “echar los perros” con todo el andamiaje. Por cierto, los bailes cuerpo a cuerpo no son cosa de alemanes.
El salón de belleza:
En este punto coincidimos con una amiga colombiana que vive en Alemania. En Colombia era casi un hábito pasar por el salón de belleza para hacerse el pedicure y el manicure al menos una vez al mes. Algunas semanas iba casi cada semana para que me arreglaran las uñas y me cepillaran el cabello, para estar como una princesa en el trabajo.
En Alemania estos hábitos son poco usuales por el costo y porque no hay peluquerías en cada esquina y generalmente atienden solo con cita previa. Un corte de pelo sencillo para dama no baja de 30 euros. Un pedicure cuesta en promedio unos 30 euros y un manicure mínimo 10 euros. Eso sí, el diseño de uñas se cobra por aparte.
Caminar en medio de edificios altos:
Esto extraña un “rolo” que vive en Mannheim desde hace un par de años. En Alemania las ciudades son relativamente pequeñas en comparación con Bogotá, y se caracterizan por tener múltiples zonas verdes. Las grandes pilas de edificios no son muy típicos, salvo en ciudades como Frankfurt, donde está el corazón financiero de Europa.
Me alegra que la gente que sale del país lo extrañe, eso significa que quiere la tierrita, y como sé que te gusta tu profesión pero que a la vez te da nostalgia escribir sobre este tema, espero que muy pronto vengas a visitarnos para llevarte a saborear todas estas ricuras que estás extrañando. Bien por esta nota.
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Disfruté mucho leyendo tu artículo. Un buen resumen de lo que extranhamos. Ahora que me acuerdo, y espero no haga controversia. Extranho poder bajar música y peliculas sin que se corra peligro de multa jejejeje
Saludos Karina. Está muy chevere tu blog. Espero ya estos días soleados te sienten mejor.
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Hola Diana…que bueno que te gustó mi blog. Y sí yo también extraño ver películas con la facilidad que lo hacía en Colombia. No está bien, pero uno está acostumbrado a eso. Saludos
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[…] hice un pequeño sondeo con un grupo de colombianos en Alemania a los cuales les pregunté sobre las cosas que más extrañaban de su país. En la lista aparecieron en los primeros lugares las frutas y la comida casera (entiéndase como la […]
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